Si tuviera que resumir en una
sola palabra lo que me ha parecido el libro de relatos 29 Cadáveres, diría que
es brutal.
Brutal por el contenido y por lo
bien escrito que está.
El libro lo componen 8 relatos
basados en hechos reales. Un viaje a través de 8 personajes, 8 asesinos en
serie y la narración de sus atrocidades, de su vida familiar y social.
El relato que da nombre al libro
es la historia de John Wayne Gacy planteado en diferentes escenas que avanzan y
retroceden en el tiempo hasta llegar al desenlace.
El relato de Noah Yates ya sabe
contar más de 100 nos cuenta una historia familiar, unos niños, una familia
cuya religiosidad raya el fanatismo.
Los últimos cinco minutos del
último día en la vida de Rosalyn Marshall, es eso mismo, lo que puede pasar por
la mente de alguien que está a punto de morir tras haber sido brutalmente
atacada.
En Historia de un vampiro, Pepe
Cervera se vale de diferentes testimonios para que nos adentremos en la mente
de Richard Treton Chase.
Wonderful World, relato en el que
nos describe la vida “normal” de Paul Bernardo y su esposa Karla, si se deciden
a ser padres o no, mientras en el maletero del coche se encuentra el cadáver de
una joven.
Un hombre normal, cuyo nombre
actual es Arthur Phoenix y que no quiere saber nada de su pasado, que vive con
una identidad prestada. Para no recordar a Jon Benavles ni a Robert Tompson y
menos aún a aquel niño a quien secuestraron y mataron llamado James Bulgler.
Un decorado perfecto para el
verdadero Norman Bates es la escalofriante descripción minuto a minuto de unos
instantes en la vida y en la casa del protagonista del relato, de lo que sucede
en su mente obcecada con la presencia de su madre.
Al fin un mundo mejor nos narra
el inicio de la silla eléctrica junto con unos artículos del Procedimiento
Penal de Nueva York y de la Corte Suprema de EEUU.
Pepe Cervera se limita a contar,
a diseccionar la mente asesina de los protagonistas, sin hacer ningún tipo de
juicio. Descripciones minuciosas del entorno, detalladas y visibles para hacernos
partícipes de la angustia de las víctimas, de la frialdad e indiferencia de los
asesinos, de su falta de empatía o de su ensañamiento, de sus problemas
psicológicos. Todo ello narrada con una prosa cuidada, limpia, buscando el
término exacto para describir cada situación, que te llega a dejar sin aliento.
En algunos de los relatos vamos adelante y atrás en el tiempo lo que nos ayuda
a comprender cómo se inicia la crueldad en la mente de una persona.
Brutal en todos los sentidos. Un
libro con el que he disfrutado de una muy buena lectura.
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