La pasión de Isabel Barceló por
Roma no es desconocida para quienes solemos acercarnos a su blog y sabemos de primera mano el trabajo, el esfuerzo, y los años que ha invertido en la construcción de este magnífico libro.
“Mujeres de Roma,
heroísmo, intrigas y pasiones” está a caballo entre la novela, el ensayo y la guía
histórica. En él, Isabel Barceló nos invita a un viaje geográfico por las calles de la
ciudad y a través de los personajes más olvidados de la historia- las mujeres, la mayoría ignoradas u olvidadas -
y con ellas a los acontecimientos que
sucedieron en Roma. El libro es un testimonio de la importancia que tuvieron en
el devenir de la ciudad.
Como dice Isabel en la
introducción, Roma tiene nombre de mujer.
Comenzamos el recorrido desde la
Vía Apia y la tumba de Cecilia Metela que nos sirve para conocer el papel de
las matronas romanas y su derecho a ser honradas con un funeral público, honor
que solo estaba reservado a los hombres importantes. Su papel fundamental en el
mantenimiento de las tradiciones y de la vida de la ciudad mientras los hombres
se iban a pelear contra los enemigos.
Isabel no desarrolla la historia
de manera lineal, va saltando a través de ella, enlazando, viajando en el
tiempo mientras recorremos los barrios, desde la mirada del pasado hasta la del
presente, su crecimiento, sus vicisitudes, sus guerras, los asaltos de los
bárbaros o las rivalidades entre las potencias europeas en los tiempos de
Carlos V y su enfrentamiento con el papado. Y a lo largo de quince capítulos,
hasta el siglo XIX, con el logro de la unidad italiana, iremos conociendo las
mujeres que también hicieron posible la historia.
Isabel nos revela hechos
cotidianos, escenas de la vida diaria de las mujeres. Algunas de ellas odiadas
por su crueldad o astucia, como Livia, segunda esposa de Augusto o Tulia, capaz
de asesinar a su padre por su ambición desmedida. Agripina, la madre del emperador Nerón o Acté la
liberta quien, desde la sombra, tuvo influencia sobre él. Mujeres amadas y
olvidadas, como la reina Cleopatra. Mujeres heroínas, como Clelia o Anita
Garibaldi, dispuestas a morir por el bien de su ciudad, por sus ideales.
Mujeres mártires, como Cecilia,
cuya basílica en el Trástevere nos da cuenta de su vida y su sacrificio por
mantener su castidad. Igual que nos revela la historia de Margherita Luti – La Fornarina-
enamorada del pintor Rafael. O la de Giuditta Tavani y su lucha por conseguir
un mundo mejor, lejos de los gobiernos papales y absolutistas. El Trástevere
como barrio lleno de emociones e historias. Lucrecia y su oposición al
maltrato. Su sacrificio mediante el suicidio para demostrar que era libre de
tomar una decisión y, al mismo tiempo, mostrar la maldad de su agresor.
No solo hay mujeres nacidas en
Roma en este libro. La ciudad atrajo visitantes de todos los lugares del mundo.
Cristina de Suecia, tras abdicar del trono y convertirse al catolicismo, marchó
a Roma. Era una mujer voluble y desconcertante y la veneración que recibió en
un principio, se convirtió en odio. El palacio Corsini conserva la habitación
donde murió esta apasionada y complicada mujer. Paulina Bonaparte, la querida hermana de
Napoleón al que nunca abandonó. Una mujer fascinante, seductora en cuyo corazón
cabía todo el mundo.
¿Quién no conoce a Lucrecia, la amada
hija de Alejandro VI? Su vida nos traslada a la cuesta del crimen, cuando Roma
no era más que un pueblo sucio, lleno de callejuelas y canallas que convivían
con la opulencia de la otra parte de la sociedad. En el Campo de Marte vivió
Vanozza, la amante del cardenal Rodrigo de Borja, con quien tuvo cuatro hijos:
César, Juan, Lucrecia y Jofré. Una hermosa mujer que siempre supo cuál era su
lugar.
Mujeres artistas como Artemisia
Gentileschi, respetada y venerada en su época y hoy prácticamente olvidada,
quien posiblemente hubiera disfrutado de pintar a Beatrice Cenci, una mujer valiente
y maltratada por un despótico y cruel padre. Por aquella misma vía del Corso
paseó también, del brazo de Goethe, una mujer llamada Faustina. La poetisa
Victoria Colonna, excelente conocedora de Roma y la sociedad de su tiempo.
Mujeres bondadosas, como Pero,
por cuyo padre dio la vida.
Isabel Barceló ha dignificado a
las mujeres que han vivido y tenido un papel esencial en la historia de Roma. Una
de las cuestiones importantes es que Isabel no solo nos habla de los
acontecimientos históricos, muchos de ellos ya conocidos, sino del significado
que para los romanos tenían la moral, la filosofía o la manera de entender la
política novelando con una prosa fluida, elegante, en ocasiones apasionada y emocionante
la vida como ella la puede imaginar y que nos hace sumergirnos sin descanso en
los distintos capítulos de este formidable libro.
MUJERES DE ROMA, Heroísmo,intrigas y pasiones. Editorial Sargantana.
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