El hierro de tu piel, escrita por Paloma Ulloa, es una novela sobre el maltrato físico y psíquico. Una novela dividida en tres partes distintas, con pequeños capítulos de la conversación imaginaria de una mujer desgarrada por el dolor, conectada a varios aparatos en un hospital después de una de esas palizas que te da esa persona que tanto te quiere.
“La verdad es que no sé por qué hablo
contigo de estas cosas. Estoy segura de que no te interesan pero, quién sabe,
tal vez de algún modo perverso, te echo de menos … Siempre me ha dado vergüenza
que los demás supieran…. Los golpes puedo soportarlos, la piedad no.”
“Yo no quiero ser una mujer
maltratada”
A través de las conversaciones
imaginarias, la mujer empieza a recordar la sorpresa de ver que las manos que la
habían amado se convirtieron en martillos para machacarla. El miedo, ese sentimiento
que impide hablar con nadie de las cosas íntimas, de lo que ocurre en casa. Cuando
el amor se convierte en una cárcel y el hombre en un violador que te culpa de
todo lo malo. La reacción de la familia, la cobardía de la gente que la rodeaba
y que callaba y matizaba lo obvio.
“Tú me lo enseñaste todo, como un
benefactor paciente; desde el paseo por el parque más grande de la ciudad,
hasta las cenas románticas en restaurantes prohibitivos…Tampoco me pregunté por
qué me habías elegido a mí, que no era nadie, que era demasiado joven para tus
treinta y tantos años, demasiado inexpertas, demasiado ignorante”
Y, después de todo, sobrevivir a
los recuerdos y el sentimiento de culpa por no haber sido la persona que él
necesitaba.
“Fui consciente de un modo
doloroso de que me había convertido en tu orinal”
Las conversaciones, las visitas y
la ayuda psicológica van consiguiendo que la mujer vaya superando, lentamente,
la humillación, la tristeza y el dolor.
“Me detengo y escucho antes de
continuar escribiéndote. La música atraviesa los huesos, centrifuga los
recuerdos, atrae a la orilla del presente el limo denso del pasado, las
emociones de entonces, la energía, el entusiasmo y el dolor”
“Hay algo balsámico en la música
de la lluvia. Me gusta ver cómo se desploma el cielo sobre las superficies
mansas. Se eleva cierta magia del fondo cóncavo de los charcos y el rumor de
los neumáticos levanta el recuerdo de amaneceres antiguos”.
Una buena novela, muy bien escrita, que merece la
pena ser leída.