Esta vez no sé por dónde empezar.
Es difícil decir algo sobre Manu Espada que no se haya dicho ya y por personas con más influencia que yo. Creo que hay pocos escritores de microrrelatos con tanta calidad
como él, pocos. Los demás, en cierta medida, somos sus alumnos o sus
imitadores. Y me considero alumna porque, no me importa confesarlo, muchas
veces he recurrido a “Las herramientas del microrrelato” cuando la confusión
sobre lo que quiero decir me atenaza.
Petricor, una hermosa palabra que
denomina el olor de la tierra mojada, y publicado por Cuadernos del Vigía, está
dividido en tres partes: “Garúa” un sirimiri fino, intenso y persistente que
moja sin que se note, como los relatos, siempre en silencio.
La duda
El cazarrecompensas apunta a los
hermanos y pregunta a la mujer: “¿Cuál de los dos es tu marido? Fíjate en los
detalles. Uno de ellos es un asesino y el otro es tu esposo, un hombre de bien”.
La mujer no los distingue. No sabía que su marido tenía un gemelo. ¿La ha
engañado con más cosas? ¿Puede fiarse de alguien así? La mujer baja la mirada,
señala a uno de ellos y una bala atraviesa la cabeza del otro. El superviviente
corre a abrazarla y la aprieta entre sus brazos como no lo había hecho nunca.
Después viene la “Galerna” esa
mezcla de viento y lluvia que te moja hasta los huesos.
El doblador
Cuando murió Homer Simpson,
alguien llamó a la puerta de su doblador español.
—I need
to listen to you — dijo una voz femenina. Al abrir, allí estaba
ella. Marge Bopuvier se echó en sus brazos y apagó la luz.
La venganza
El doblador
había hecho tantas veces de Homer Simpson que se acabó enamorando de su mujer.
Secuestró al guionista de la serie y le obligó a matar a Homer en el capítulo
siguiente. También hizo que Marge Bouvier viniera a España y llamara a su
puerta. Pero Marge, carcomida de rencor por la muerte de su marido, no se lo
iba a perdonar. Se saltaría el guión. Escribiría su propio destino.
La tercera parte del libro nos
cuenta historia de “Diluvio”
Guerra civil
Primero se
evaporaron los cuchillos de las cocinas y las navajas de los escaparates. Las
pistolas se convirtieron en un engrudo negro parecido a la brea y los fusiles
se transformaron en ceniza. Más tarde los tanques y las bombas se derritieron
como la mantequilla. Cuando desaparecieron todas las armas del mundo,
comenzaron las revueltas y el Gobierno declaró el estado de sitio. Ayer
intentaron tomar esta ciudad a puñetazos. Hoy he visto los cráneos de varios
burros. A todos les faltaba la quijada.
Elipsis
Ayer mamá
pilló a Jhonny otra vez torturando lagartijas y enterrándolas en el jardín.
Mañana será ejecutado por sus crímenes.
Estos relatos, de los más cortos
del libro, son un ejemplo. Hay una gran variedad de temas: hay fantasía,
metaliteratura, personajes que me recuerdan a otro de sus libros “Personajes
secundarios”, mitología, héroes, escritores. Todos ellos con la calidad, la
imaginación, y la magnífica escritura de Manu Espada. Siempre me gustan los
micros pero también reconozco que en la distancia media, es decir, un poco más
largos, me encuentro más a gusto como lectora. Y Manu los borda.
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