Dice la contraportada del libro
Parejas ejemplares, de Daniela Hernández Gallo, que estas parejas son todo
menos eso: ejemplares.
Ocho relatos sobre la “ejemplaridad”
de la convivencia. No solo con la pareja, también con uno mismo que no siempre
resulta fácil.
El desamor, la rabia, la
frustración, el sexo, los celos y la soledad están dentro de estas
ejemplaridades. Son relatos muy sensoriales en los que la música, los aromas,
los sabores y los colores forman parte de las peculiaridades de cada
protagonista. Relatos en los que los pequeños detalles nos invitan a llegar al
fondo de cada situación.
Como en cada libro, cada uno
extrae de los relatos aquellos que más le han dejado una cierta huella. Los
ocho relatos son magníficos, escritos con esa supuesta ligereza de la prosa que
te lleva a no dejar de leer. Finales abiertos y contundentes para situaciones
de igual tamaño.
Me han gustado, en especial, los
relatos Ensalada de codorniz, el enfrentamiento de un hombre enfermo frente al
espejo, los recuerdos y la visita de su expareja, con el mar siempre al fondo.
Nuestra querida Lina. Benditos hijos
que desunen más que unen. La responsabilidad de las madres (excesiva, a veces)
incrustada en nuestros genes y el agobio de los padres y su necesidad de
libertad y recuperación de la pareja.
Cosido Diseño de Interiores.
Regresamos de nuevo a la maternidad, a la frustración, a esa imposible conciliación
que aseguran que podemos conseguir las mujeres.
Sean estos tres relatos o
cualquier del resto, lo importante del libro es que en pocas páginas Daniela
Hernández Gallo consigue situarnos con mucha soltura ante
los protagonistas como si estuviéramos delante nuestro propio espejo.
Parejas ejemplares humanas y reales.
Un libro de relatos muy bueno.
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