Las cinco vidas del traductor Miranda, basada en el hecho de la publicación en 1989 de Los versos satánicos del Salman Rushdie nos habla de la culpa y de la identidad. Una novela que nada más ser publicada provocó toda una oleada de indignación entre los fieles del Islam aun antes de ser leída y que llevó al ayatolá Jomeini a declarar aquella terrible fetua contra el autor y cuyas consecuencias no solo afectan al mismo sino también a sus traductores: El traductor al japonés de la obra, Itoshi Igarasi murió asesinado. Y Ettore Capriolo, que lo hizo al italiano, fue apuñalado.
La novela tiene tres personajes principales sobre los que gira
toda la trama: J.L. Miranda, el traductor al español del libro blasfemo, el
propio escritor y un terrorista afincado en Londres, cuyo nombre no se menciona
en ningún momento.
El tema de la identidad va ligado, en principio, al seudónimo del traductor J.L. Miranda cuyo nombre nunca se llegó a conocer y al de Joseph Anton, uno de los que Salman Rushdie se vio obligado a utilizar para preservar su vida, un homenaje a dos de sus autores favoritos: Anton Chejov y Joseph Conrad.
Ello unido a su sentimiento de extranjero tanto en su país
de origen, la India, donde ha sido proscrito, como en el de adopción. Ambos se
sienten culpables por las consecuencias que el hecho de la escritura y la
traducción les han deparado tanto a ellos como a las personas que les rodean.
En el caso de Joseph Anton todo un despliegue de protección personal, huidas y
cambios de domicilio y negociaciones que afectan a la política.
En el personaje del terrorista encontramos al individuo fanático, deseoso de cumplir con la fetua dictada por el ayatolá. En él se unen su afán de demostrar su valía como su resentimiento por las humillaciones que dice sufrir en su vida cotidiana en un país donde solo los blancos cuentan.
Es una novela sobre la resistencia ante las adversidades y
el sinsentido del fanatismo religioso, un alegato en favor de la libertad de
expresión desde la literatura. Una novela con una gran calidad de prosa, con
momentos poéticos y otros irónicos, que se lee muy bien.
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