En la
portada del libro, Arturito Pomar. En blanco y negro, como aquella España que
retrata la historia.
«El niño
de once años que afirmó la autoestima de todo un país. El icono deportivo de
una España en blanco y negro devota de toreros y vírgenes. Ese héroe griego y
calvo que batalló como el ejército de Pancho Villa en el Interzonal de
Estocolmo. Un don Quijote, lanza en ristre, dispuesto a pelear solo y sin ninguna
ayuda contra los molinos del ajedrez. Abandonado por los mismo que lo
utilizaron. La leyenda del ajedrez español que tuvo que vivir como simple y anónimo
funcionario de Correos. El niño prodigio eterno.»
A lo
largo de 77 capítulos que se corresponden con los movimientos de la partida entre
Bobby Fisher y Arturo Pomar, el autor, Paco Cerdá, nos relata la historia de
ambos jugadores. El excéntrico Fisher, el peón de los Estados Unidos contra la
Unión Soviética durante la guerra fría y su lucha constante contra los escaques,
su propia mente y sus fantasmas y la de Arturo Pomar, el niño prodigio que debía
realizar la proeza de redimir de la ignorancia a todo un país, de demostrar al
mundo que el régimen dictatorial funcionaba perfectamente.
Entre
ambas historias encontramos otras tantas de otros tantos peones de la historia.
Aquellos que fueron utilizados para grandes fines. La España de 1962 fue
también la de la gran huelga minera. El apresamiento de Julián Grimau. El
triste final de Francis Gary Power, el espía atrapado en la URSS. El falangista
Román Alonso Urdiales y su bomba verbal ante Franco. La vida de Dionisio Ridruejo,
desde su falangismo a ultranza hasta llegar al contubernio de Munich. Marilyn Monroe,
Marisol, Joselito, Pablito Calvo: juguetes rotos de una sociedad que se cansa
de sus ídolos.
Peones de la Historia. Peones que se sacrifican sin contemplación alguna. Todos ellos reales. Ninguna historia es ficticia y está documentada tal como indica en autor al final del libro.
Este libro nació con la premisa de que ni una sola palabra atribuida a sus protagonistas ni el más nimio detalle de las historias narradas fueran producto de la imaginación del autor o de una recreación novelesca. Igual que ocurre con el ajedrez, la crónica no admite ni trampas ni atajas. Lo contrario es su jaque mate.
Peones que terminaron pagando un precio demasiado alto: muerte, soledad, locura o exilio.
Un libro magnífico.El peón- Paco Cerdá - Pepitas Ed.
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