sábado, 11 de mayo de 2013

NO TE QUITES LA COSTRA QUE TE DEJARA MARCA - Dominique Vernay





NO TE QUITES LA COSTRA QUE TE DEJARA MARCA.


Este libro de relatos con este título tan sugerente tiene su origen, tal como Dominique nos lo cuenta, en parte de esta frase:

“De pequeña también tuve mis largas épocas de picores y manías, y mi madre pasaba del “deja de rascarte el culo” al “no te quites la costra que te dejará la marca”, sin olvidar el “note pongas los dedos en la nariz que te la vas a ensanchar”, “no bizquees”, “no te comas las uñas que te vas a perforar los intestino”… y todas estas recomendaciones acompañadas de ligeras collejas.

El primer relato, fuera del orden estructurado, es una entrevista de la autora a la Dominique que aparece en un espejo.

— Volviendo a las historias que escribe, ¿en qué otros aspectos se diferencias las suyas de esas que la aburren?
— Que las mías no pretenden nada.
— ¿Ni siquiera divertir?
— Si algunas lo logran, será porque, al rascarme yo, habré conseguido hacerle cosquillas al lector.

El libro está dividido en tres partes diferenciadas con relatos ordenados, siguiendo una estructura determinada. Hay historias para comer, historias para dormir, historias para estudiar, historias para recordar.

PRIMERA PARTE. 24 relatos

Las pulgas son insectos pequeños que pueden permanecer inactivos en el capullo hasta que notan vibraciones.

SEGUNDA PARTE. 19 relatos

Las pulgas tienen una metamorfosis completa. Sus largas patas están adaptadas  para el salto.


TERCERA PARTE. 33 relatos

La dureza del cuerpo de las pulgas adultas les permite soportar grandes presiones. Sobreviven sin problema al rascado ejercido por el ser humano.

A lo largo del libro, con relatos de distinto tamaño, Dominique va haciendo un repaso por todas las emociones que puede albergar el ser humano, sin dejar por ello de acudir al surrealismo, al humor o a la ironía para hacerlos un poco más llevaderos.

Me encantan en particular los relatos en los que, a través de la mirada inocente, la mirada infantil, nos diseña el mundo que nos rodea. Situaciones cotidianas que nos pasan inadvertidas por eso mismo, por su naturalidad.
En ellos, en los infantiles me he visto reflejada por mis propios recuerdos.

Un pequeño ejemplo:

Echar a suertes

Anoto sus nombres en unas tarjetitas – todas del mismo color – que luego, con cuidado, pongo boca abajo en una caja.
Mientras intento taparme los ojos con una cinta, la manca dice que le toca por ser la más vieja, la tuerta por ser la más lista, la coja y la calva lloran.
Manteniendo los ojos muy apretados detrás de la cinta, saco una tarjetita. Antes de leer en voz alta el nombre de la escogida, les recuerdo a mis muñecas que las quiero a todas, pero que mamá lo ha dejado bien claro:
— En la nueva casa solo habrá sitio para una.

Un libro con tono agridulce, lleno de relatos muy interesantes, bien escritos que, como pretende su autora, siguen haciendo cosquillas una vez que los has leído.



5 comentarios:

  1. Ganas tengo de leerlo.

    Besos desde el aire

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  2. A cada nuevo lector, los protagonistas de los relatos se van haciendo más tangibles... gracias Elena por permitir que otros lectores lleguen hasta ellos.

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  3. Si te apetece compartir tus relatos, écha una ojeada a ésto.
    http://280ypunto.blogspot.com.es/
    Un saludo

    ResponderEliminar

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