Quince relatos de distintos y variados personajes, en los que el tiempo y su paso inexorable, el amor, la música, el atletismo, las pérdidas nos recuerdan que somos, como dice el título, muy frágiles.
Hay en todos ellos un fondo de reflexión como corresponde a un escritor que, además, es filósofo.
"A cierta edad muchas miradas esconden una plegaria"
"Un escritor no es mucho más que una conciencia que, en los días de suerte, se dispara, se pone en marcha"
Hay dos relatos que me han gustado especialmente. Uno es Los ciclistas de septiembre. Quizás porque en él se retrata, desde el punto de vista de un observador, de una pareja anciana. "Así retornan a mundo y se reanuda también el sonido de sus leves pasos sobre la tierra"
El otro La reaparición de Stefan, creo que el más largo de todos.
Hay un poco de pesimismo en el fondo de los relatos que se debe, sin duda, a que nuestra propia fragilidad nos hace olvidar que el tiempo no regresa.
Me ha gustado mucho este nuevo libro porque se nota la habilidad, la prosa clara (creo que sus clases deben de ser de ese mismo estilo) y el estilo tan reflexivo de Ernesto Calabuig.
Y por poner una pega: el anterior, La playa y el tiempo, para mi gusto lo supera.
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