Miguel Sanfeliu es un escritor de
gran calidad, no siempre debidamente reconocida. Quizás porque no hace ruido como
tantos otros. Acaba de publicar y presentar "El comunicador", su séptimo libro,
si no me he descontado.
El
comunicador es una ácida novela corta que narra veinticuatro horas de la vida
de un presentador de televisión.
Se
puede llevar una buena vida, aunque es preciso estar dispuesto a pisar el fango,
a escupirle al de al lado, a llorar o a reír según lo requiera la situación.
La
novela es un monólogo dirigido a nosotros, los lectores y televidentes. A través de ese discurso
nos cuenta su trabajo, la de un profesional que se dedica al espectáculo por
antonomasia para entretenimiento de las masas.
La
masa embrutecida, la masa vacía que no o piensa, que se deja arrastrar, los que
se entretienen con la zafiedad, los que banalizan la tragedia. Los conozco
bien. Sé o que hay que darles para que se rían como imbéciles o para alimentar
el morbo innato de su naturaleza.
Este
personaje que, como iremos viendo carece de escrúpulos, nos va mostrando cómo se
hace un programa de televisión, la planificación, la selección de las personas
que van a intervenir según el tema elegido, ya sea asuntos de corazón, como
violencia, sexo o famoseo. En ese programa, sin escrúpulo alguno, no le importa
destruir o vilipendiar a los protagonistas con tal de que la audiencia se
dispare. No le importa si las noticias
son verdaderas o bulos.
Por
eso es tan buena idea que la gente puede llamara al programa y que se publique cualquier
burrada que digan, porque eso a la gente le gusta, le hace sentir importante:
no salgo en la tele pero sí sale lo que pienso, aunque se trate de un pensamiento
de mierda.
Miguel
Sanfeliu retrata la sociedad, analiza hasta el más mínimo detalle los
comportamientos de la gente que consume esos programas que solo aportan basura.
En esta novela que nos pone ante nuestras propias contradicciones, podemos
sentir estupor ante los planteamientos de este comunicador, o rabia o comprobar
hacia dónde nos encaminamos.
Si desafías
al poder pondrás en peligro tu carrera. No te contratarán más para trabajar en
televisión, y no será porque te han censurado, sino porque hay otros profesionales
más capacitados. Tú has quedado obsoleto, así de simple, y de falso.
Ya no se hace televisón para toda la familia porque la familia ya no ve la televisión junta.... no comentan. Los comentarios suceden en las redes, de modo subterráneo, o en los lugares de trabajo, mientras consumen algunas de las cosas que les hemos sugerido sin ser conscientes de ello.
Con “El comunicador”
Miguel Sanfeliu vuelve a la novela después de dos magníficos libros sobre su
pasión por la lectura: Cierta distancia y Viajero de salón y demuestra que es,
además, un gran narrador.